ENCAJE QUÍMICO
El encaje químico es un encaje a máquina que surge en 1883. Se perfeccionó la técnica en Suiza y Alemania a posteriori. La base parece ser la del bordado a máquina, que se trabajaba en algodón sobre un fondo de tela, principalmente seda, que ha sido tratada por medio de un agente corrosivo como el cloro o la sosa cáustica que hace que luego se desintegra, de ahí el nombre de encaje químico o quemado. Lo llaman tambien Suizo o Schiffli, del nombre de una de las máquinas que lo hacía. Posteriormente se inventaron otras técnicas con una tela soluble en agua o que se desintegran con calor pero demasiado caras para ser utilizadas industrialmente.
Esta técnica se usó con gran eficacia para imitar todos los encajes de los siglos anteriores, tanto de aguja como de bolillos, desde la Reticella hasta el Honiton pasando por el crochet irlandés.
Una de sus principales características, es que, al mirarlo con lupa, no se puede distinguir claramente los puntos ni las hebras de manera individual.